domingo, 8 de junio de 2008

TRABAJO SOCIAL Y MEDICINA INTERCULTURAL

Autora: Carol henríquez Beltran
MEDICINA INTERCULTURAL


Durante toda la historia de la humanidad hemos podido constatar cómo todas las culturas del mundo han manifestado la necesidad de preservar la salud y el bienestar físico, teniendo en común el hecho de que siempre existe una intervención del hombre en el transcurso de la enfermedad. Sin embargo, la forma de comprenderla, definirla y tratarla es lo que contrasta un grupo de otro y deja entrever sus diferencias culturales.

En palabras de Wellin (En: Grebe, 1988:5) “la enfermedad se presenta como un universal del hombre, puesto que se da en cualquier tiempo, espacio, sociedad y cultura; asimismo todos los grupos humanos desarrollan métodos con el fin de enfrentar la enfermedad y poseen creencias, cogniciones y percepciones culturales, específicas para definirla o reconocerla”.


Origen de la medicina occidental
La medicina occidental tiene su inicio hacia el año 460 a.c. no obstante, la medicina moderna tiene su origen a partir del siglo XVII (Foucault; 1966), este desarrollo que ha tenido la medicina occidental le ha permitido ser mas “científica” en términos de la experimentación y del objeto de estudio, pero se ha distanciado de la persona que sufre o que padece la enfermedad, pues cada vez la relación entre paciente-medico es más difusa y tiene menos relevancia.
Según (Clavreul; 1983), manifiesta claramente que el saber del médico es un saber sobre la enfermedad, no sobre el hombre. Entonces ¿puede ser la medicina indígena una alternativa para aquella falencia que no puede desmarcarse la medicina occidental?, ¿por qué se pretende su implementación en los centros de salud?; si bien la medicina intercultural busca el mismo fin que la occidental, esta trata al ser social que enferma en un contexto particular, individual, social, espiritual y familiar relevando a el paciente como un agente activo, poseedor de conocimientos válidos sobre la salud y la enfermedad, pero difiere de pruebas de validación.
Existe en este contexto dos saberes distintos entre estos tipos de medicinas, mientras que en la occidental predomina un modelo positivista del conocimiento por lo que se le llama “científica”, en la que según (Comte, positivista Francés) dice que en esta etapa positiva, el hombre encuentra explicación racional de los fenómenos, adquiriendo, así, la posibilidad de formular las leyes que los unen entre si, por lo que el positivismo no admite ninguna otra realidad que la de los hechos, susceptibles de verificación, que pueden ser percibidos por los sentidos, es por esto que se toma en cuenta básicamente la enfermedad del paciente y su semiología, existiendo experimentos científicos, pruebas clínicas y textos que constituyen importantes fuentes de validación. Mientras que la medicina intercultural, predomina el modelo empírico que trabaja desde una visión del mundo integradora del hombre con realidad física, social y cultural en donde se aceptan como fuente de legitimación sueños, signos, apariciones, etc. Pero sin embargo la lógica que opera en la definición de salud y enfermedad (causas, alternativas y consecuencias) es la misma en ambos tipos de medicinas.
Es por ello que este tipo de prácticas curativas deben ser entendidas y analizadas en el contexto en que se llevan a cabo y sobre las personas a quienes se aplica, ya que no tendrá el mismo efecto si se practica en personas que tengan una distinta cosmovisión y cultura.
Si bien existen limitaciones para esta practica, por la desconfianza hacia la medicina tradicional mapuche y prejuicios que según Ligh, Keller y Colhoun “ es una predisposición categórica para aceptar o rechazar a las personas por sus características sociales reales o imaginarias” (1991 pág. 356) que existe por parte de todas aquellas personas que no comparten los estereotipos como las ideas, creencias y cultura de este pueblo indígena y sin entender muchas veces prejuzgan estas practicas como falsas, que carecen de ciencia o que simplemente son charlatanes, etc.
También existe discriminación y prejuicios del modelo medico occidental, que ha sido hegemónico frente a otros modelos médicos de salud, como por ejemplo la Mapuche (medicinas caceras, su transmisión en el medio familiar, la machi sanadora tradicional, etc.) ya que no se reconoce estas practicas de medicina efectuadas por aquellos que no han pasado por aulas universitarias.
Pero sin embargo no debemos olvidarnos de la posibilidad de poder brindarle al usuario la libre elección entre alternativas médicas de acuerdo a sus creencias y crear modelos de salud que respondan a las expectativas materiales y culturales, donde no importa que el profesional comparta el mundo simbólico del paciente, sino que comprenda, respete e incluso integre algunos elementos culturales que considere relevantes para el proceso de recuperación del enfermo.
Este es el caso por ejemplo del Servicio de Salud Metropolitano Occidente, que esta implementando desde algunos años, este tipo de practicas respondiendo a las políticas ministeriales en Salud Intercultural, las que no solo persiguen la libre elección del paciente, sino también fortalecer la medicina tradicional mapuche, rescatar agentes de la medicina y proponer modelos de acción en la materia.
A modo de concluir, actualmente la Constitución Chilena no reconoce el conocimiento y sabiduría que posee la Medicina Intercultural, pero sin embargo se han abierto los espacios para revalorizar este sistema médico, implementándolo para así resolver el problema de salud de sus usuarios y apoyando la complementación de la medicina occidental con la medicina intercultural, como así también el fortalecimiento de la identidad mapuche en la atención de salud.
Es por ello que nos queda como desafío como futuros Trabajadores Sociales, donde interactuamos directamente con los individuos, grupos y comunidades, respetar y potenciar estos espacios entre las distintas etnias y culturas promoviendo y educando.
Y que este tipo de medicina en un futuro puedan ser complemento la una de la otra, logrando así una medicina integral para los pacientes.
¿Por qué no alternar las dos medicinas en pos de cada uno de los enfermos que cada día llegan solicitando asistencia medica?, si ambas tienen la misma finalidad, pregunta que queda abierta para un futuro cuestionamiento.


Bibliografía

http//tsocial.ulagos.cl
http//www.scielo.cl
http://www.cepvi.com/articulos/prejuicios.htm
http://weltkrieg.forum.ijijiji.com/
http://www.semergen.es/semergen2/microsites/manuales/inmigrante/diagnostico.pdf
http://inico.usal.es/publicaciones/pdf/Verdugo-ModelosSoc.pdf
http://www.monografias.com/trabajos36/prejuicios/prejuicios.shtml
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S003498872004000900013&script=sci_arttext
http://www.saludoccidente.cl/modules.php?name=News&file=article&sid=71
http://www.farmaciamapuche.cl/herbolaria/home/index.jsp

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